La domesticación de plantas ha sido un proceso esencial en el desarrollo de la agricultura. Este proceso implica la selección de fenotipos de acuerdo a necesidades humanas como alimento. Aunque el proceso de domesticación puede ser estudiado desde un punto de vista arqueológico, son los estudios genéticos los que nos ayudan a entender como el ser humano ha seleccionado genes relacionados con fenotipos concretos. Buenos ejemplos de estos estudios son la caracterización de los genes Tga1 y Ramosa1 (maíz), qSH1 y Sh4 (arroz) y fw2.2 (tomate). Begonias, gloxinias y petunias son cultivos ornamentales que domesticaron en el siglo XVIII cumpliendo con las necesidades estéticas de los jardines europeos. Su proceso de domesticación es un ejemplo de selección de fenotipos concretos como forma y color de las flores. En nuestro estudio presentamos los primeros pasos para el estudio de la domesticación de estas especies como la creación de un genoma de referencia y la evaluación de su diversidad genética y fenotípica.