Vivimos en una iconosfera. Un pequeño grupo de profesionales de la imagen elaboran para toda la población innumerables documentos que se devoran sin disponer del necesario dominio de los códigos lingüísticos que le son propios. De ahí que seamos fácilmente manipulados. De ahí también que tengamos escasos criterios de discernimiento sobre lo que sobre lo que es de calidad y lo que es bazofia cinematográfica. Y, por supuesto, la incapacidad general para elaborar documentos en los codigos lingüísticos de la imagen. Es fundamental, pues, la formación cinematográfica para discernir, para disfrutar y para expresarse.
Estas inquietudes me han llevado a realizar una larga investigación sobre la utilización del cine como instrumento didáctico en la formación de los futuros maestros y maestras. Y he elegido como campo de trabajo la Facultad de CC. de la Educación de la Universidad de Málaga.
La incursión en las lecturas, la exploración del quehacer didáctico en la utilización del cine que hacen los profesores y profesoras de la Facultad me han permitido llegar a un conjunto de conclusiones a las cuales se encadenan nuevas preguntas e inquietudes. Toda tesis podría llevar el siguiente subtítulo: Preguntas y respuestas y preguntas.
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