La necesidad de implementar acciones educativas interculturales ha sido y es una demanda pedagógica de primer orden en el marco la Unión Europea, y en muchos países del mundo que trabajan y tienen en cuenta la diversidad cultural en la escuela. Sin embargo, en los últimos años venimos asistiendo a un decaimiento teórico y práctico de la interculturalidad en la escuela como consecuencia de distintas situaciones sociales, culturales, económicas, y, por supuesto, pedagógicas. Dicho esto, este trabajo se plantea analizar qué hay de nuevo en materia de educación intercultural en la escuela española, y específicamente la andaluza. Así, pretendemos indagar en dos conceptos que consideramos claves para la explicación de cómo la interculturalidad ha pasado de ser un pujante y sólido constructor pedagógico en el contexto educativo, a convertirse en un factor educativo más en la nutrida confluencia de valores y estrategias didácticas que sigue estando presente en el escenario escolar con menos fuerza e interés que hace unos años. Así, partiendo del análisis de distintos trabajos nacionales e internacionales (Hammer, Bennet y Wiseman, 2003; Bennet y Bennet, 2004; Hernández y Marshall, 2009; Leiva, 2012; Soriano, 2011 y 2013) vamos a indagar críticamente en los siguientes aspectos: a) La minimización de lo cultural como factor pedagógico, y b) La rutinización de la interculturalidad y como moda pasajera. A nuestro juicio, el problema reside en que este proceso de minimización y rutinización se eternice y se ahonden los estereotipos sobre alumnos y familias de determinados orígenes culturales. Además, asistimos a la pérdida de interés educativo sobre la interculturalidad o una especie de cansancio pedagógico, especialmente explicado por dos elementos básicos: la crisis económica que sitúa el interés educativo en el desarrollo de competencias y la cultura emprendedora, por un lado; y, las dificultades, incoherencias y contradictorias traducciones de la interculturalidad.