Objetivo y justificación: el emprendimiento indígena y la perspectiva de género en el emprendimiento han tenido una importancia creciente en la literatura en los últimos años. Se ha encontrado como la actividad emprendedora de la mujer difiere, en cuanto a motivaciones y circunstancias (en muchos casos más complicadas), de la del hombre. Además, y en relación al emprendimiento específicamente indígena, se aprecia una notable importancia del capital social para el desarrollo del mismo.
Se puede decir que el emprendimiento indígena es un área de investigación propia dentro del concepto general de emprendimiento. Consiste en la creación, gestión y desarrollo de nuevas empresas por parte de indígenas (pobladores originarios del territorio que habitan), aglutinando cualquier tipo de actividad emprendedora, incluyendo el autoempleo basado en conocimientos específicos indígenas.
Entre los factores que se han identificado en la literatura como relevantes para estudiar este tipo de emprendimiento, se encuentran los factores externos o del contexto (relaciones entre los subsidios y el emprendimiento competitivo, tensiones culturales y celebraciones religiosas como reclamo turístico) y, por otra parte, los factores internos (falta de un perfil específicamente emprendedor o influencia del capital social).
En base a la contextualización anterior, el objetivo del trabajo es analizar los factores que afectan, positiva o negativamente, al hecho de que la mujer indígena campesina inicie una actividad empresarial por cuenta ajena, orientada al mercado y no a la subsistencia.
Metodología: Se ha aplicado una metodología cualitativa con cuestionario semiestructurado. Tomando como referencia las comunidades quechuas de la región de Tiquipaya (Bolivia), y basándose en el análisis de 42 entrevistas personales con distintos colectivos relacionados (mujeres y hombres emprendedores/as, responsables de asociaciones, profesores universitarios y políticos), se han analizado las características específicas de éstas emprendedoras, así como los facilitadores y/o barreras para el desarrollo de sus actividades, incluyendo la influencia del capital social.
Resultados provisionales y principal aportación del trabajo: Se han analizado las transcripciones de las entrevistas en el contexto de las comunidades quechua en Bolivia. Para ello, primero se han descrito los elementos más relevantes de la cultura quechua y, en este contexto, se han analizado las transcripciones. Como resultados, se han encontrado como facilidades del emprendimiento la propia familia, la personsalidad de los individuos o el apoyo de la pareja. Como barreras, se han señalado las instituciones gubernamentales o, en menor proporción, la sociedad no indígena. En cualquier caso, resulta interesante como los resultados varían con respecto a lo declarado por el colectivo de intermediarios (políticos, miembros de asociones y profesores universitarios).
En términos de capital social, se da una tendencia creciente hacia la organización de las mujeres, impulsada, en parte, por la nueva legislación. En casi todos los casos la familia ya desarrolla actividades comerciales, sobre todo en la cordillera, recibiendo los hijos parte de la tierra como herencia. Las relaciones entre éstos emprendedores se desarollan, en su mayoría, de forma indistinta entre mujeres indígenas y no indígenas, pero sobretodo con otras comunidades indígenas, aunque hay una clara tendencia hacia el individualismo y una pérdida de valores en torno a la cooperación. En este sentido, las mujeres indígenas desarrollan una actividad fundamentalmente rural, tanto en la producción como en la comercialización al por mayor, pudiéndose considerar a la familia como una unidad productiva y comercial indivisible.
Como antes se comentaba, a pesar de que la cultura quechua es proclive a la colaboración y la ayuda mutua, éstos valores no se ponen de manifiesto en el desarrollo de sus actividades comerciales, por lo que se hace precisa una revitalización de los valores y principios ancestrales con el fin de actuar como motor para el desarrollo de proyectos conjuntos, ya que la literatura demuestra que las redes empresariales son eficaces para facilitar la transición al empleo por cuenta propia.
La principal aportación del trabajo es que, al contrario de lo que pensaba, el ser mujer afecta más negativamente a la intención emprendedora que el ser indígena. Por tanto, es preciso prestar más atención al género como aspecto relevante a considerar en cuanto al desarrollo personal y profesional del colectivo analizado. Por otra parte, la familia se convierte en la unidad de producción, teniendo la mujer y el hombre funciones específicas y complementarias. Además, se requiere una extrapolación de los valores y principios contenidos en su estructura social, basada en organizaciones democráticas y colectivas (sindicatos agrícolas), al terreno de la producción y comercialización de sus productos y servicios, circunstancia que, en la actualidad, no se está produciendo.