Los disruptores endocrinos son compuestos químicos, contaminantes ambientales, que una vez dentro del organismo modifican el equilibrio hormonal. Su presencia en el medioambiente es muy frecuente ya que pueden formar parte de los productos químicos empleados en las prácticas agrícolas al haber sido utilizados como pesticidas en el control de plagas (Por ejemplo, endosulfán y DDT), pueden ser contaminantes ambientales de origen industrial (P.e., PCBs o bifenilos policlorados y dioxinas), son componentes de los utensilio plásticos (P.e, Bisfenol-A en el policarbonato y las resinas epoxi), están en la formulación de cosméticos (P.e., ftalatos), son aditivos de los textiles (P.e., PBBs o polibromados) o se emplean como aislantes en utensilios de cocina (PFOS, PFOA).
Las consecuencias de la exposición ambiental de especies animales a estos compuestos químicos están bien documentadas. Las consecuencias sobre la salud humana empiezan ahora a conocerse y obesidad y diabetes, malformaciones del tracto genitourinario e infertilidad masculina y algunos tipos de cáncer como es el caso de los tumores mamarios, cuentan entre las enfermedades en las que el vínculo exposición y efecto es mas probable.