Los resultados preliminares obtenidos muestran una gran variedad de facies
hidroquímicas (Fig. 3 y 4) y un amplio rango de mineralización de las aguas (Fig. 3 y
Tab. 1). Los valores isotópicos de δ18O y δD de las muestras (Fig. 5) indican un
enriquecimiento isotópico y presentan un claro desvío con respecto a las líneas
meteóricas local y global. Ello demuestra la influencia de la evaporación sobre el agua
de los humedales estudiados, más patente en el caso de lagunas estacionales con
periodo de inundación prolongado que en aquellas con un hidroperiodo más efímero.
Las aguas de las lagunas permanentes, pese a estar expuestas de forma continua
a la evaporación, se sitúan en la figura 5 en una posición intermedia, lo que podría
deberse a la mezcla de aguas evaporadas con otras de aporte subterráneo.
Los humedales de génesis kárstico-evaporítica, pese a tener un origen similar,
presentan una gran diversidad geomorfológica, hidrológica e hidrogeológica como
consecuencia de condiciones topográficas y geológicas particulares así como de su
ubicación dentro de sistemas de flujo subterráneo locales, intermedios o regionales.
Dichas particularidades han de ser tomadas en consideración a la hora de gestionar
estas áreas naturales y plantear medidas de conservación y restauración, por lo que
es necesario profundizar en el conocimiento hidrogeológico de los CCS y de la
relación de las aguas subterráneas con los humedales formados en este contexto.