Mi obra es un modo de concebir el espacio vivido a través de nuestra experiencia en él. En este
caso, una reelaboración del daño sufrido se manifiesta en la instalación; producto de un testimonio que deja entrever que la violencia se mantiene en estado latente, como una presencia muda.
Experiencias que permanecen retenidas por la consistencia del material que construyen las paredes.
La funcionalidad de la habitación despojada de ese modo con su aspecto trastocado e inerte de
muebles-féretro y espacio abandonado, se nos muestra como una declaración silenciosa de un
drama que, no obstante, se niega a enmudecer.