El objetivo de nuestra propuesta es incidir en los mecanismos de defensa puestos en marcha por las sociedades de la Edad Moderna ante las calamidades que afectaron a su vulnerable agricultura, desde el interesante prisma propiciado por la esfera de las mentalidades. La profunda religiosidad y superstición de aquella época, en especial la experimentada durante la terrible centuria del Seiscientos, impregnan las actuaciones promovidas desde gobiernos locales y centrales, una vez demostrada la ineficacia de los escasos recursos humanos disponibles. Rezos, procesiones y exorcismos frente a las catástrofes más paradigmáticas asociadas al agro, como son las acusadas sequías y las plagas de langosta, se convierten en objeto de nuestro intéres, tomando como ejemplo las rogativas organizadas en el centro geográfico del sur peninsular (Antequera, Málaga). Las fechas de los actos religiosos para sofocar lo que se creía producto de la "ira divina" arrojará una cronología exacta de los desastres padecidos por unas sociedades emimentemente rurales, dependientes del campo y sin recursos científicos-tecnológicos capaces de dar respuesta a las crisis agrarias ocasionadas por elementos medioambentales adversos.