Desde Platón, como subrayan diversos autores y autoras (Alasdair MacIntyre, Martha Nussbaum, Adriana Cavarero) la historia de la filosofía ignora la vulnerabilidad humana. Ahora bien, desde los años setenta el término vulnerabilidad es cada vez más utilizado en el vocabulario, ecológico, social y político, adquiriendo también una mayor presencia en el pensamiento filosófico, ético y político. A pesar de su uso generalizado, la vulnerabilidad exige en primer lugar, además de una mayor precisión conceptual, preguntarse si, en realidad, captura y hasta qué punto una dimensión importante del mundo actual; examinar sus articulaciones ontológicas, éticas y políticas. En segundo lugar, conviene reflexionar sobre la vulnerabilidad compartida, sobre su distribución diferencial y sus ciclos (sobre vulnerabilidades, grupos vulnerables, precariedad…); en definitiva sobre las políticas de la vulnerabilidad y la justicia social y política.