Una de las primeras aproximaciones
de carácter teórico
que realiza Samuel Beckett
sobre el tema de la traducción es una carta, escrita en alemán, del 9 de julio de 1937
dirigida a Axel Kaun
. El destinatario había pedido a Beckett la traducción al inglés de
poemas de Joachim Ringelnatz,
poeta
y artista plástico alemán.
Por otra parte, es
interesante que cuando decide cambiar el inglés por el francés (más allá de las
traducciones posteriores)
esto
producirá un camino hacia un minimalismo en la
expresión, que obviamente responde al hecho de no estar atado a la retórica de su
lengua madre, tal como lo afi
rma en esa misma carta.
La relación idiomática de Beckett
con la palabra poética es bastante
compleja en tanto que supone una reflexión acerca de
la naturaleza misma del lenguaje en tanto posible referencialidad y capacidad de dar
cuenta de un mundo interior o de la nada que hay detrás de las palabras. Cuando Beckett
traduce su propia obra entra e
n juego la originalidad de la escritura más allá de la
cronología en la composición de los poemas. Por otra parte, sus traducciones de otros
poetas remite a un doble camino, por un lado, el de la apropiación cuando se produce
dentro de su propia creación p
oética, por el otro, el de la modificación que responde a la
figura de un lector
-
crítico lo que supone dos concepciones diferentes de la “traslatio”
que se influyen entre sí. Cuando, en la obra de Beckett, el mundo interior se traslada
hacia el exterior, s
ufre una modificación hacia la imposible inteligibilidad; cuando la
operación permanece en el expacio exterior, la palabra poética se extiende hacia los
extremos de la relación entre la palabra y la cosa, alentando la posible traslación de un
campo semánti
co a otro. Como decía la voz de Bam en una de sus últimas dramatículas,
What Where
[1983], “Make sense who may”, lo que nos permitiría pensar que toda
traslación de un texto a otro es sólo un intento que proyecta dar un sentido
potencial
a
quien pueda hace
rlo.