Este trabajo plasma la visión conjunta de aquellos trabajos de investigación que el Departamento de Prehistoria de la Universidad de Málaga ha estado realizando, durante décadas, en la cuenca de Río Grande.
Los resultados de las labores de documentación han sido tratados, en el pasado y en la mayoría de los casos, de manera aislada e irremediablemente realizadas al amparo de una intervención puntual, por lo que se hacía necesaria la elaboración de un trabajo en el que dichos yacimientos se pusieran en relación y así poder reconstruir con más precisión la Prehistoria Reciente en este marco geográfico particular.
Los yacimientos que integran el repertorio arqueológico en la cuenca de Río Grande son numerosos pero, por razones metodológicas, los ejemplos que aquí se recogen son los que, únicamente, pertenecen a una horquilla cronológica que abarca desde la fase final del Neolítico hasta la Edad de Bronce, ambos incluidos.
El esquema general de la tesis quedaría resumido de la siguiente forma:
- Repaso de la historia de las investigaciones en la cuenca de Río Grande.
- Descripción de los yacimientos de forma individualizada y sistemática.
- Revisión de la cronología, nueva calibración y análisis bayesiano.
- Consideraciones finales en las que se propone una nueva secuencia temporal.
- Bibliografía.
En el apartado particular donde ser recoge la descripción de cada uno de los yacimientos, se han querido resaltar los elementos más significativos sin entrar en consideraciones interpretativas. Se hace especial hincapié en la localización, la descripción de los materiales y/o estructuras, la estratigrafía (si la hubiere) y la cronología. En el segundo bloque temático se incluirían los contenidos referentes a la interpretación y un apartado especial dedicado exclusivamente a la revisión cronológica.
Precisamente, si uno de nuestros principales objetivos fue la de dar identidad cultural propia a este espacio geográfico concreto, el establecimiento de una secuencia cronológica consecutiva y coherente se convertiría en primordial. Para ello se realizó una revisión de todas las fechas radiocarbónicas mediante la calibración aplicando la última versión actualizada a tal efecto y, una vez calibradas, se pusieron en relación a través de la consecución de un análisis bayesiano. Lo que hemos pretendido con esta iniciativa es crear una relación directa entre yacimientos basándonos en una línea temporal a modo de hilo conductor para poder así reconstruir un eje cronológico partiendo de yacimientos reales.
Junto al desarrollo de los apartados, se adjunta, a modo de anexo documental, y todo aquel informe elaborado por especialistas en otras disciplinas diferentes a la histórica.
El núcleo de nuestra base documental se sostiene en el estudio y análisis de un total de trece yacimientos que presentan características propias y responden a contextos concretos que, aunque a simple vista podrían ser interpretados aisladamente y sin conexión, si profundizamos y observamos con una perspectiva amplia, describen un proceso diacrónico continuo desde los momentos más antiguos del Neolítico hasta los más recientes de la Edad del Bronce. En este proceso son de vital importancia los denominados “yacimientos bisagra” que constituyen los nexos de unión entre momentos distintos de diferentes yacimientos y que proporcionan un discurso de continuidad en el proceso de reconstrucción histórica.
En la cuenca de Río Grande observamos tres momentos culturales bien diferenciados, que veremos sucesivamente:
- Un primer horizonte cultural basado en comunidades con una fuerte movilidad en torno al 5000-3000 a. C. que comprende una fase neolítica y una fase de transición que incluye el fenómeno megalítico y los hoyos (3500-2600 a. C.).
Hipotéticamente el patrón de asentamiento estaría caracterizado por un régimen de vida estacional, de productores no fijados a la tierra, que aprovechan recursos móviles, representado en los yacimientos de la Cueva de las Tinajas, la Cueva del Cráneo y El Charcón.
Los yacimientos de La Cuesta de los Almendrillos, la Cañada de Algane, el del Tesorillo de la Llaná, la cueva artificial del ‘Sendajo del Quemao’ y los hoyos de Los Villares, probablemente vinculados a ocupaciones temporales más antiguas, contituirían el reflejo de un intento de sacralizar el terreno con objeto de reafirmar identidades y señalizar titularidades de territorio. Además, estos yacimientos son considerados como conectores de dos horizontes culturales contiguos, de ahí que se les haya denominado "yacimientos bisagra".
- Un segundo horizonte en el que comienza la fijación permanente de la población al terreno, pasando de comunidades de carácter estacional a sedentarias. Los yacimientos de la Roza de Los Gálvez, la Torre de María Sagredo y el Llano de la Virgen se han considerado como asentamientos permanentes por la documentación de distintos momentos como resultado de una ocupación prolongada en un mismo lugar.
En este sentido nos parece que las razones económicas deben ser factores propiciatorios para la sedentarización de la población en este espacio concreto y en este tiempo.
Algo debió surgir en estos momentos, mediados del III milenio a. C., para que cultivadores estacionales, agricultores a tiempo parcial, recolectores y pastores de especies de amplia movilidad, pudieran ocupar permanentemente un enclave controlando toda la actividad subsistencial.
Nuestra sugerencia, que debe considerarse como orientadora de nuevas pesquisas investigadoras, es que ahora, precisamente, comenzaría un cultivo de rendimiento aplazado como el de árboles frutales y/o la cría de ganado más propicio para su estabulación y aprovechamiento.