La disfunción visual cerebral (o CVI) es una alteración en el procesamiento de la imagen visual debida a una lesión en el sistema nervioso central, más concretamente en las vías visuales, donde el daño se produce a nivel retroquiasmático.
Según el área dañada, se alterarán diferentes funciones visuales, como el campo visual, percepción del movimiento, control de la escena visual compleja, control de los movimientos corporales guiados por la visión, la atención visual, el comportamiento influenciado por un entorno complejo y el reconocimiento de una imagen.
La etiología de la disfunción es variada, pero está íntimamente ligado con la prematuridad. Los principales mecanismos que pueden provocar la disfunción visual cerebral son el síndrome hemorrágico-isquémico, lesiones neurológicas focales, traumatismos, hidrocefalia, infecciones, hipoglucemias neonatales, metabolopatías, malformaciones cerebrales, cromosomopatías y epilepsia.
El diagnóstico de esta entidad es difícil, y en muchos casos, de exclusión. Además de evaluar la agudeza visual, la campimetría, la sensibilidad al contraste, la motilidad ocular, la estereopsis y la morfología del polo anterior y posterior del ojo, contamos con unos cuestionarios especialmente diseñados para identificar la disfunción visual cerebral.
En nuestro estudio hemos estudiado una población de nacidos pretérmino a la edad de 5 años y, tras una exploración oftalmológica completa, hemos realizado el cuestionario a los cuidadores de los pacientes a fin de identificar una posible disfunción visual cerebral y, a la vez, poder aconsejar ciertas medidas rehabilitadores a fin de mejorar la calidad de vida de estos pacientes.