Partiendo de dos referencias, la cultura del flamenco, amarrada al territorio y la cultura digital, en la que la experiencia de vida se halla desterritorializada, este proyecto ahonda en la fricción que tal encuentro produce.
Poner en valor las diferentes formas de comunicación con nuestro entorno y realidad, desde lo gestual, emocional y experimental frente al flujo de datos inestables, las imágenes incesantes y la ubicuidad de la acción de la realidad digital a la que nos exponemos.
Esta confrontación, que pretendo que tenga un carácter metonímico, señala cómo en el momento
actual de la cultura conviven realidades pertenecientes a una tradición romántica, en la que el cuerpo, el tiempo y el espacio poseen unas características que se están viendo alteradas por una experiencia cotidiana virtualizada, fragmentada.
Con la idea de hacer visible la fricción que apunto, este proyecto recurre a la producción de objetos multimedia y a videoinstalaciones. La linealidad documental de grabaciones de entrevistas y representaciones flamencas en estas instalaciones se ve sometida a una fragmentación que pone de manifiesto la experiencia distópica a la que hemos sido abocados bajo una experiencia de vida cada
vez más condicionada por el hecho tecnológico.