Partiendo de una concepción monista de todo el organismo, se entiende, de acuerdo con los principios de la Medicina Ortomolecular, que la propia alimentación va a ejercer un efecto muy complejo en cualquier ser humano.
Este efecto complejo se relaciona especialmente con dos aspectos fundamentales: Las relaciones sociales y la inteligencia emocional.
Se realizó un estudio longitudinal entre 1987 y 2001, replicado posteriormente en 2011, comparando especialmente los patrones alimenticios tanto del G.E. como del G.C.