Distintas tradiciones coinciden en destacar que los reyes de Macedonia descendían del linaje de Heracles a través del mítico Témeno, rey de Argos, uno de cuyos hijos, conocido con el nombre de Cárano o Pérdicas, dependiendo de los relatos, habría viajado hasta la Grecia septentrional para convertirse en el primer rey de Macedonia. Dichas leyendas dibujan un mapa de la geografía mítica de Macedonia mediante el cual se daba sentido a la geografía histórica del reino, hasta el punto de legitimar en determinados casos las conquistas de los monarcas macedonios, tal y como dan a entender ciertos discursos de Isócrates o la controvertida carta de Espeusipo a Filipo. De hecho, no cabe duda de que fue Filipo (359-336 a.C.), hijo de Amintas y padre de Alejandro, quien supo sacar mayor partido de las tradiciones que vinculaban a la monarquía macedonia con el ciclo mítico de los Heráclidas, particularmente con la intención de situar a su reino en el mapa político de Grecia. A partir de un estudio detallado de tales relatos, trazaremos pues el camino que va de la geografía mítica a la geografía histórica del reino de Macedonia: desde las leyendas que situaban a los descendientes de Heracles en el solar macedonio hasta las conquistas de Filipo, concediendo particular atención al desarrollo territorial de un reino que pasó de tener una posición secundaria en el panorama político de Grecia a ser la potencia dominante del momento.