El estudio de los efectos adversos debidos a la asistencia sanitaria, ha cobrado un notable auge en los últimos años, ya que son un problema frecuente, tanto por la mayor complejidad de la práctica clínica, como por el empleo de tecnologías y procedimientos cada vez más complejos. Debido a esta situación en la atención a la salud, la presencia de errores va a ser inevitable. Por tanto, se debe aspirar primero, a reducir la cantidad de errores; pero, sobre todo, cuando ocurran, se debería contar también con sistemas de defensa, para evitar que los errores lleguen al paciente y le causen daño. En 2004, la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el origen de la “Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente” propuso la siguiente definición: “Seguridad del paciente es la ausencia de daño prevenible al paciente durante el proceso de la atención a la salud. La disciplina de seguridad del paciente es el esfuerzo coordinado para evitar que se presenten daños en los pacientes, ocasionados por el proceso mismo de atención a la salud”. Según el “Marco conceptual de la clasificación internacional para la seguridad del paciente”, informe técnico desarrollado también por la OMS en 2009, se define como: “La seguridad es la reducción del riesgo de daños innecesarios hasta un mínimo aceptable, el cual se refiere a las nociones colectivas de los conocimientos del momento, los recursos disponibles y el contexto en el que se presta la atención, ponderadas frente al riesgo de no dispensar tratamiento o de dispensar otro Debido a la complejidad de la atención a la salud, algunos errores son inevitables. Por tanto, se debe aspirar primero a reducir la cantidad de errores; pero, sobre todo, cuando ocurran, los sistemas médicos deberán contar también con sistemas de defensa para evitar que los errores causen daño al paciente. Actualmente se considera, como un elemento básico e indispensable para un adecuado nivel de calidad asistencial, alcanzar el mejor nivel posible de seguridad en la asistencia sanitaria, y que ésta se mantenga libre de daños sobre el paciente. Es cada vez más, un objetivo prioritario en el mundo sanitario, y trabajo de todos los que participan en la actividad asistencial incluyendo a pacientes, profesionales y directivos2,7,8,9. El trabajo empleado en la mejora de la seguridad, se considera que reforzará además, los cimientos del sistema, haciéndolo más resistente ante recursos insuficientes, organizaciones imperfectas y la tendencia humana a cometer errores. El objetivo principal de este trabajo ha sido conocer los problemas relacionados con la seguridad del paciente que ocurren en el servicio de urgencias de pediatría. Esto se ha tratado de alcanzar, mediante la detección por diversas vías, de los I/EA que hayan podido ocurrir en el periodo estudiado. La particularidad del estudio y en general, la investigación en este campo, es que los métodos de la medicina basada en la evidencia pueden ser imposibles de aplicar. El análisis de los I/EA y de sus mecanismos de producción, nos debe llevar a planear modificaciones reales en los métodos de trabajo. Los métodos de trabajo que ya han sido establecidos, van a resultar difíciles de modificar, y si los cambios a su vez se perciben como una mayor complicación en el desempeño del trabajo será difícil su instauración.
Material y Métodos: El objetivo principal de este trabajo será conocer la incidencia de los I/EA en el SUP, que supone la expresión de los puntos donde existen mayores problemas de seguridad del paciente en la unidad. Para ello se utilizarán cuatro abordajes al problema para obtener la mayor cantidad de información posible: 1. Análisis de las notificaciones voluntarias de I/EA. 2. Análisis de las reclamaciones recibidas. Se ha iniciado a su vez un libro de registro abierto de incidencias de las guardias puesto a disposición del personal del servicio, donde se ha recogido cualquier tipo de incidente y se ha analizado posteriormente si eran incidentes relacionados con la seguridad del paciente. 3. Se ha implementado la formación en seguridad del paciente y se han impartido una serie de sesiones al personal de la unidad para aumentar la cultura de seguridad del paciente en el servicio. 4. Estudio retrospectivo sobre una muestra aleatorizada de historias para detectar otros problemas de seguridad del paciente que no hayan aparecido en las notificaciones voluntarias ni en la revisión de otras fuentes de detección. En esta revisión de historias clínicas se ha aplicado además una herramienta de cribado.
Como conclusiones de este estudio, las más relevantes: 1. El uso de diversas fuentes de detección, ha permitido aproximarnos, a la determinación de la incidencia de los eventos o incidentes de seguridad, ya que, han aumentado su número de forma considerable, en relación al exclusivo análisis de las notificaciones voluntarias. 2. Las fuentes de detección, nos han aportado cada una, información desde distintos puntos de vista, y han destacado, problemas sobre la seguridad del paciente, complementarios pero diferentes entre sí. 3. El uso de una herramienta como la guía de cribado, no ha resultado fiable para detectar pacientes con incidentes de seguridad en la revisión retrospectiva de historias clínicas, ya que no se encuentra adaptada para pacientes de urgencias en edad pediátrica. 4. Las medidas para aumentar la cultura de seguridad del servicio, deben incluir interacción con el personal de la unidad. En este caso ha supuesto un aumento notable en la tasa de registros cumplimentados de incidentes. 5. Se deben priorizar las acciones en los siguientes campos: medicación, identificación de pruebas complementarias, clasificación en triaje y retraso en la valoración por exceso de carga asistencial. 6. El retraso en la valoración ha sido el incidente que con más frecuencia se ha detectado en el análisis de las reclamaciones. Éste problema aumenta en periodos de alta frecuentación, por lo que se deberían adaptar los recursos en dicho periodo. 7. El personal facultativo es el que ha aparecido como el más implicado en la notificación de incidentes. Por tanto, deberán promoverse las conductas no evitativas en el resto de colectivos sanitarios.