En los últimos tiempos estamos asistiendo al auge del populismo xenófobo y también totalitario en distintos países de la Unión Europea. Pudiera parecer que las lecciones de la historia se olvidan con el transcurrir de los años. Por este motivo, y a la luz de los acontecimientos que estamos viviendo en estos momentos, especialmente por el imparable flujo migratorio a las costas y fronteras europeas (italianas, griegas y españolas), así como la grave situación humanitaria de las familias y menores sirios en territorio europeo, pensamos que es momento de detenernos a repensar en la educación que queremos y, de forma expresa, en cómo podemos impulsar la interculturalidad como una respuesta pedagógica y sociocultural ante el maltrato, dejación, odio e indignidad que viven cientos y miles de personas que parecen resultar invisibles ante instituciones, organismos diversos e incluso la sociedad.
En este trabajo vamos a defender la idea de la existencia de luces y sombras de la interculturalidad como respuesta pedagógica para prevenir y, sobre todo, para educar en el valor de la riqueza de la cultura de la diversidad e inclusión como caminos propicios para generar concordia, paz, solidaridad, justicia, igualdad y libertad. Son los valores que podamos construir entre todos los que fortalecerán la transformación de la sociedad en una humanidad inclusiva e intercultural, respetuosa con la diferencia e implacable contra los males de la pobreza, la desigualdad y la exclusión.