La escasa bibliografía dedicada a las adaptaciones de la picaresca áurea en la televisión ha motivado este trabajo de Tesis, centrado, principalmente, en “El pícaro” (1974) y “Las pícaras” (1983). En relación al estudio de ambos seriales, los objetivos han sido los siguientes: establecer el contexto de producción y de recepción, rastrear las fuentes literarias empleadas y analizar los mecanismos compositivos.
Para cada serial, la Tesis desarrolla un marco de producción y de recepción, fijado a través de textos académicos, biográficos y de prensa escrita; las tipologías de adaptación, cuya referencia conceptual ha sido la clasificación de J. L. Sánchez Noriega; las segmentaciones comparativas (una filiación precisa de cada capítulo con los textos literarios de partida —F. de Quevedo, M. de Cervantes, V. Espinel, A. J. de Salas Barbadillo, F. Delicado, A. de Castillo Solórzano, entre otros— y una catalogación por escenas de los mecanismos de adaptación), cuyos esquemas procedimentales han sido los análisis de J. L. Sánchez Noriega y de S. Wolf; una explicación e interpretación de los mecanismos de adaptación más representativos; y la identificación de los estilemas fílmicos y televisivos, para lo cual se han tenido en cuenta las aportaciones de J. Mª. Caparrós Lera, J. E. Monterde, C. Torreiro, M. Palacio, J. Hopewel, entre otros.
Las conclusiones de la Tesis han sido las siguientes:
1) La vinculación personal de los adaptadores con la picaresca áurea, así como los conocimientos de este género literario, tuvo una correlación directa con los resultados estéticos y narrativos alcanzados. El autor de “El pícaro”, F. Fernán-Gómez, era ya un gran conocedor de la picaresca. Su selección de textos es muy significativa, porque no solo acude a los autores consagrados por el canon (M. Alemán, V. Espinel, F. de Quevedo o A. R. Lesage), sino que llega a introducir subrepticiamente textos muy poco desconocidos para los espectadores de la época, como es el caso de la novela anónima “El discurso de la viuda de veinticuatro maridos”. En “Las pícaras”, en cambio, se opta por introducir textos que no tienen relación con el género de la picaresca, como son “La viuda valenciana” de L. de Vega o “El celoso extremeño” de M. de Cervantes. El interés narrativo de “Las pícaras” estaba más relacionado con la picardía erótica que con la picaresca literaria.
2) El marco político en el que se produjeron y se emitieron ambos seriales afectó a las dinámicas de adaptación. “El pícaro” (1974) se emitió bajo el amparo del llamado “Espíritu del 12 de febrero” y participó en buena medida de la actitud crítica tardofranquista que mostraron en sus obras directores cinematográficos como V. Erice, C. Saura o J. L. Borau. La serie “Las pícaras” (1983), emitida ya en plena democracia, estuvo influenciada por el cine de la Transición (el destape, la tercera vía y las astracanas históricas de los ochenta).
3) La experiencia previa del medio cinematográfico y televisivo, así como la pericia técnica a la hora de trasladar textos literarios a la pantalla, redundó en el resultado global obtenido. En “El pícaro”, la complejidad compositva de la trama, las interpretaciones y el grado de profundización de los personajes son notablemente superiores a “Las pícaras”.