Una vida es una realidad holística y polifacética, nunca estática, perpetuamente en movimiento y cambio, sometida a las más variopintas situaciones propias del mundo en el que vive. No existe una realidad única sino múltiples realidades interrelacionadas, tampoco existen límites definidos, ni reglas, ni teorías para poder definir ni esa vida sola, menos en su conjunto, porque el ser humano es activo en la construcción y determinación de las realidades que enfrenta, por eso es que, apenas podemos hacer un perfil posiblemente coloreado de una mujer ecuatoriana radicada en España, pero en un aquí y en un ahora pasajero y efímero como dimensión espacial y temporal, como contexto histórico social que a esta mujer le tocó vivir, convirtiéndose en un sujeto histórico que cuenta un momento de esa historia.
En el análisis y comprensión de una vida, subyace el fundamento humanista que defiende la investigación cualitativa autoetnográfica.
Esta es una investigación autoetnográfica que como herramienta metodológica permite el uso de la autobiografía como aproximación para abordar lo humano. Estudia, describe e interpreta mi propia conducta cultural no solo como autoetnógrafa implicada, sino también como individuo-objeto de estudio, desde una perspectiva íntima y personal, por lo tanto veraz y sentida, valiéndome de la incalculable información, registrada en once diarios que datan desde 1995 al 2013. Tiempo recogido en palabras que cuenta parte de la historia de un país a través de observaciones y reflexiones escritas de una mujer que tras la peor crisis de la historia republicana de su país, decide salir en busca de opciones y oportunidades para sí misma y su familia, en una oleada de tres millones de individuos (de un total de trece millones de connacionales), todos detrás de lo mismo y que consiguen asentarse en distintas partes del mundo, especialmente en España y Estados Unidos.
En una primera fase, aceptamos que los seres humanos no somos seres estáticos sino en completo movimiento (en todas sus dimensiones: física, temporal, psicológica, emocional, intelectual, incluso moral) y que por determinadas situaciones de la vida, nos toca empezar a reconstruirnos, a rediseñar nuestra identidad, para calzar y mejorar las relaciones mutuas y poder convivir entre todos, en un mundo cambiante a velocidad increíble.
Centrándonos en la lectura de los diarios, deconstruimos esa vida, para lo que de necesidad, aclaramos términos como migración, cultura, identidad individual y colectiva, identidad cultural. Detrás de todo esto, un cercamiento a la pregunta ¿Son las migraciones necesidades del S. XXI?
En una segunda fase, para dilucidar esa vida deconstruida, que forzosamente debe reconstruirse identitariamente y no perecer o eclipsarse al asentarse en un nuevo mundo, con distinta cultura a la suya, nos detenemos en esa reconstrucción para entender por qué, para qué y qué es lo que toma y qué es lo que deja de sí misma y del nuevo mundo y por qué jerarquiza de esa forma esos valores que ahora le sirven de soporte. En este proceso se aclaran términos que, vueltos acciones en los migrantes, resultan conflictivos por el malestar que produce en su adaptabilidad (por no ser genuinas), como la aculturación, porque el migrante adopta rasgos culturales distintos a los suyos de forma involuntaria, o la alienación, en la que pierde su identidad, su personalidad e ideas propias, debido a la influencia y a veces imposición de una cultura externa a la suya.
En una tercera fase entramos al análisis interpretativo de los diarios. Entre los que figuran El Discurso y el Alineamiento Filosófico para elucidarlo, la Práctica Interpretativa del Paradigma Indiciario de Ginzburg, y por último el buen uso de los diarios al seleccionar el material a interpretarse. Respetando en este análisis el fuego del lenguaje de quien escribe los diarios, con el que quiere transmitir su experiencia de vida.
Una cuarta fase, refleja la esencia de esta Tesis entre recortes apuntados con letras cursivas, el resumen de la vida de esta mujer inmersa en procesos económicos, políticos, sociales, psicológicos y morales muy importantes en la vida de esta migrante que se radica en España por largos años. Ventidós apartados y reagrupados por temas, once diarios parrafeados de una vida que se ha interpretado a la luz de esta investigación cualitativa autoetnográfica, la que se centró en los datos de sentido (del sentido subjetivo que tienen los fenómenos en la conciencia como migrante), asuntos definitivamente NO cuantificables.
Y como Corolario a esta historia, se cuenta el regreso a su País, apoyada en las múltiples promesas políticas y en un Proyecto de Ley de Movilidad Humana de su país de origen, pero que, al querer beneficiarse de ellas y del Proyecto, se da de frente con la ineficiencia de los políticos que no consiguen hacer realidad sus promesas y de la ineficacia de esos artículos de esa Ley.
Las Conclusiones, Los veintidós grandes temas encontrados en los once diarios que cuentan esta vida deconstruida como migrante, es la muestra de una realidad mucho más compleja de la que nos dicen las meras estadísticas (y estos once diarios).
Hacen referencia a la descripción del fenómeno migratorio ecuatoriano y en el cuidadoso e íntimo reconocimiento del mundo que rodea a la migrante, mundo del que, en sus diarios, iba describiendo a veces al mínimo detalle, sus valores, las costumbres que se enraizaban en la gente; en los cambios a los que se veía sometida esa misma gente para sobrevivir; en las normativas y leyes que les regían en su paso; en el lenguaje con el que a veces, sin mediar palabra, expresábamos nuestro sentir, nuestra vida; en los sistemas simbólicos que rodeaban esa vida, dignos de interpretar; en las actitudes y comportamientos reales de la gente.
En sugerencias finales se ruega a los gobiernos y políticos de turno que atiendan a esta pregunta ¿qué queremos los 232 millones de migrantes que al 2015 andamos por el mundo? Si encuentran la respuesta podrían evitarse tantas tragedias y tantas migraciones necesarias a finales de la Segunda Década del siglo XXI.