La imagen cinematográfica del mad doctor se nutre de una serie de estereotipos que se asemejan escasamente a los científicos reales. En su mayoría se caracterizan como personajes dementes y creadores de criaturas monstruosas que generan situaciones de peligro. En este texto nos centraremos en la película Miss Muerte donde su director, Jess Franco, trastoca el esquema tradicional de los films de científicos locos. Aquí, el papel de mad doctor mantiene como rasgo común los desequilibrios psicológicos, pero como novedad incorpora a la mujer como un personaje perverso en este tipo de ficción. El monstruo que crea también lo es, y además, en este caso la franquestéin es atractiva, un modelo de personaje erótico, como suele ser habitual en la filmografía de Franco. Desde aquí, nos proponemos elaborar una revisión teórica de esta figura y la máquina de matar que construye, sin obviar las peculiaridades que en esta película confluyen. Las aportaciones de Román Gubern, nos permitirán situar a estas dos mujeres en estadios diferentes. Por un lado, encontramos, una perversa y vengativa científica que toma las decisiones en función de un punto de partida que son los fundamentos del orden patriarcal. Y por otro, una seductora bailarina que actúa y ejecuta, en contra de su voluntad. Pero además, las víctimas son hombres y ellas las asesinas.