La Fibrilación Auricular (FA) se ha convertido en una de las principales comorbilidades de los pacientes que padecen Insuficiencia Cardiaca (IC), con cifras de prevalencia según las series de hasta el 50%. El impacto pronóstico de dicha arritmia sobre los pacientes con IC no es bien conocida, o existiendo datos en la literatura sobre la influencia pronóstica de la FA en pacientes con IC de novo. Este estudio tiene como objetivo determinar la influencia pronóstica de la fibrilación auricular en pacientes con insuficiencia cardiaca desde su diagnóstico inicial seguidos durante un largo tiempo de seguimiento.
Material y métodos: estudio de cohortes retrospectivo, incluyendo pacientes con primer ingreso hospitalario por IC (criterios de Framingham) entre el 1-01-1997 y el 31-12-2001, clasificados en función de si de forma coincidente con el primer ingreso o durante el seguimiento posterior presentaban fibrilación auricular, seguidos durante un periodo máximo de 17 años.
Resultados: se incluyeron 400 casos incidentes de insuficiencia cardiaca, 238 (59.5%) presentaron FA en algún momento del seguimiento (prevalente 174 pacientes (43.1%); incidente 64 pacientes (26.9%). Éstos pacientes fueron más hipertensos (63.6% vs 52.1%), mientras que en los pacientes sin FA predominaba la cardiopatía isquémica (31.5% vs 17.6%). La edad media fue mayor en los pacientes sin FA pero sin alcanzar la significación estadística. No se encontraron diferencias significativas en lo que respecta al porcentaje de pacientes diabéticos, con dislipemia, EPOC, enfermedad cerebrovascular previa o insuficiencia renal. La estancia media global fue de 8,03 días, siendo menor para el grupo de pacientes que se encontraban en FA. Tras la realización de un análisis multivariante las variables relacionadas con la mortalidad en FA incluyeron la edad y la presencia de diabetes mellitus. La presencia de Fracción de eyección preservada (FEP) se asoció a un mejor pronóstico. Entre los pacientes con ritmo sinusal los predictores de mortalidad fueron similares, siendo factores protectores la presencia de FEP, y el uso de beta-bloqueantes. En nuestra cohorte uno de cada cuatro pacientes desarrolló Fibrilación Auricular. El tiempo promedio para el desarrollo de la arritmia fue de 44.5 meses. El 75% de los pacientes diagnosticados de Fibrilación auricular recibieron tratamiento anticoagulante, siendo la supervivencia en este grupo de pacientes significativamente mayor con respecto al grupo de pacientes no anticoagulados. La incidencia de complicaciones hemorrágicas asociadas al tratamiento anticoagulante en pacientes con Fibrilación Auricular durante todo el periodo de seguimiento fue del 28.08%. La mayoría de las complicaciones fueron menores. Las mayores fueron más frecuentes en varones con control de INR por encima de rango. La tasa de eventos embólicos entre los pacientes en Fibrilación auricular anticoagulados fue baja y acorde a los datos de otras cohortes. El control de INR fue insuficiente en el momento del desarrollo de la complicación.
Conclusión: En nuestra cohorte de pacientes con primer ingreso por Insuficiencia Cardiaca, la presencia o el desarrollo de Fibrilación auricular no tuvo impacto pronóstico. La elevada tasa de anticoagulación, así como el buen grado de adherencia a las recomendaciones de tratamiento especificadas en las guías de práctica clínica, pueden ser los motivos para la ausencia de impacto pronóstico.