A lo fotográfico, además de una capacidad descriptiva e informativa, le corresponde un papel mas amplio, complejo y operativo de articulación conceptual, incluso de organización de las dinámicas invisibles de la realidad.
Las imágenes de los lugares no solo nos proporcionan una conciencia del espacio visible, sino que también están enredadas en universos simbólicos, actuando como depósitos de la memoria que nos conectan con acontecimientos y temas significativos de la realidad.
Como espectadores del mundo también somos productores de imágenes e, inevitablemente, nuestra mirada está condicionada por el subconsciente, individual y colectivo, de forma que solo podemos ver lo que ya sabemos.
Este proyecto va mas allá de la descripción topográfica del paisaje urbano, tratando de desvelar sus condicionantes sociales, políticos y cultuales.