En la historia de la ciudadanía moderna, el reconocimiento formal de los derechos y las oportunidades de las ciudadanas fue largamente postergado. Durante décadas, los discursos misóginos y reaccionarios lograron difundir y establecer ideas sobre la feminidad y arquetipos femeninos que mantuvieron a las ciudadanas apartadas de las esfera pública y frenaron el desarrollo de sus facultades. Frecuentemente, tales discursos anti-feministas han tenido como recurso retórico el hecho biológico de la maternidad. De acuerdo con la falacia de la que se sirve el argumento de la complementariedad de los sexos, en tanto que las mujeres conciben y alumbran hijos naturalmente, éste constituye su destino vital y cívico, disuadiéndolas de ejercer sus derechos, de desarrollar sus capacidades y de ampliar sus oportunidades.
En su mayoría, las opiniones contrarias a la igualdad de oportunidades entre los sexos han apelado a diferencias biológicas y a la importante función reproductiva que desempeñan las mujeres en la familia. Sin embargo, conviene prestar atención a las diversas falacias que contienen tales argumentos, pues ni todas las mujeres han estado, ni están a cargo de funciones de cuidado en el ámbito privado-doméstico, ni todas realizan o realizamos la capacidad de ser madres. Lo que sí parece cierto es que quienes han aludido a las supuestas diferencias naturales entre los sexos, han sido quienes han apartado a las mujeres del acceso a la educación formal durante décadas, atribuyendo, sin embargo, su falta de autonomía y desarrollo intelectual a su naturaleza biológica.
No cabe duda de que desde la Ilustración, diversos autores y autoras feministas han hecho uso de la pluma para argumentar contra la falacia de la complementariedad de los sexos. Sin embargo, la maternidad ha sido, y sigue siendo un tema controvertido dentro del pensamiento feminista ya que suscita diversas opiniones en relación a la meta de alcanzar la igualdad ciudadana. Es mi objetivo abordar dicha controversia en la sección de Filosofía y género del II Congreso de la REF, teniendo en cuenta, en primer lugar, cómo se ha utilizado la maternidad por los argumentos misóginos para frenar las oportunidades de las mujeres y, en segundo lugar, estudiar la forma en que el discurso feminista ha abordado el conflicto entre maternidad y ciudadanía, atendiendo a las diferentes posturas de dos autoras clásicas: Mary Wollstonecraft y Simone de Beauvoir. De esta forma, con la inestimable aportación de las autoras citadas, pretendo abordar y discutir el problema del sujeto femenino, la maternidad y la ciudadanía.