Los estudios artísticos superiores se han encontrado desde su no muy lejana implantación con la problemática sobre la evaluación de unas materias que enarbolan muchas veces la subjetividad como característica. En aras de la objetividad y de la buena praxis se ha utilizado el concepto de rúbrica como instrumento al servicio de alumno y profesor, pues permite la explicación de la evaluación y entender los motivos en los que se basa, completando la labor de aprendizaje y, por supuesto, la de enseñanza, proporcionando una información de partida al ser expuesta con antelación. A partir de unos objetivos claros se relacionan competencias con criterios y descriptores, para a continuación elaborar la forma de hacer llegar toda la documentación al alumno y hacerlo partícipe de su propia evaluación, tanto individual como colectivamente, momento donde entran en acción las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. El aprovechamiento de recursos existentes, como la plataforma educativa institucional Campus Virtual, apuesta por la aplicabilidad real de la propuesta, un proceso en continua realimentación o feedback.