La danza es la huella movible del cráneo y del cuerpo en acción. En este sentido es el fósil, la estela, el vestigio de una relación espacial entre el cuerpo, la música y la interacción con objetos y sujetos. A modo de escultura viva, el cuerpo que baila establece una forma de pensamiento, objetual, físico y material.
Basado en Ser cráneo de Georges Didi-Huberman (2009) y la escultura de Giuseppe Penone, imágenes de procedencia médica y dispositivos robóticos, la obra trata de dar vida escénica a las nociones de lugar, contacto físico, pensamiento y escultura con un espectáculo de performance-danza con visuales sobre música.
Con referencias a Pina Bausch, y empleando diversos estilos coreográficos y géneros de danza, se articula una propuesta escénica pluridisciplinar entre danza, cuerpo, vídeo y dispositivos interactivos que trata de presentar argumentos para un discurso artístico donde la diferenciación clásica occidental entre lo racional y lo emocional deje de tener sentido, para constituir un espectáculo contenedor de música, electrónica, danza y visuales.