La autopsia cardiovascular tiene como finalidad estudiar de una manera reglada las posibles lesiones que han podido afectar al corazón y grandes vasos, tanto desde un punto de vista primario, enfermedad fundamental que ha producido el fallecimiento, como de modo secundario; es decir, la participación cardiovascular sobre un proceso traumático que es el responsable directo y primario del fallecimiento.
En la patología cardiovascular es muy importante conocer los antecedentes del caso, tanto personales como familiares. En el examen externo del cadáver son muy importantes los datos que sirvan para la correlación con los factores de riesgo cardiovascular. La extracción del corazón se realizará en bloque de órganos torácicos. Se realizará, sistemáticamente, una incisión longitudinal de 2 cm en la arteria pulmonar por encima de la válvula, para identificar "in situ" una posible tromboembolia pulmonar. A continuación, se procederá a la extracción del corazón íntegro, apertura del saco pericárdico por si existiera un taponamiento cardiaco, verficación posición de la aorta y su relación con la arteria pulmonar, apertura de la aorta, sección de la aorta y la pulmonar a dos centímetros de las válvulas semilunares y medida de los diámetros transversal y longitudinal tomando como referencia la crux cordis.
La técnica de apertura de las cuatro cámaras siguiendo el flujo de la corriente sanguínea. es aconsejada para el examen del corazón en las cardiopatías congénitas, pero no es adecuada para la evaluación del infarto de miocardio, en el que es mejor realizar cortes transversales paralelos de ambos ventrículos desde el ápex a la base. La determinación del peso del corazón nos servirá para determinar la presencia de hipertrofia ventricular izquierda.
Finalmente, no debemos olvidar que los hallazgos de la autopsia cardiovascular tienen que ponerse en relación con los observados en el resto de los órganos y fundamentalmente con aquellos que son marcadores de la patología cardiaca como el pulmón, hígado o riñón.