Antonio Sánchez Andrés, experto en la economía de Rusia, analizó las implicaciones de las sanciones adoptadas contra Rusia, y las contra sanciones por parte de ésta, a raíz de la anexión de Crimea. Partió el conferenciante de que el conflicto con Ucrania surge por las divisiones territoriales administrativas que existían en la antigua Unión Soviética, que llevó en su día a asignar Crimea a Ucrania, cuando su población era mayoritariamente rusa. Por otra parte, el acercamiento de Ucrania a la Unión Europea y la OTAN provocó la reacción de Rusia ante lo que interpretó como un movimiento desestabilizador de su influencia en la zona.
Las sanciones no afectan a los productos energéticos que, sin embargo, son los que más han sufrido por parte de las exportaciones rusas. Son sanciones de índole política, se prohíbe la venta de armas y tecnología que tengan una aplicación militar y energética, y se imponen límites a los créditos y movimientos financieros. Este aspecto financiero de las sanciones es crucial, por el encarecimiento que supone a la financiación y el control sobre las transacciones, y acaba repercutiendo en el precio de las exportaciones de petróleo. Además, se imponen límites de visados y a los movimientos de activos, financieros o no, de personas físicas.