Éste proyecto aborda desde el principio hasta el final una problemática intrínseca a la carga programática planteada de un complejo residencial para personas mayores: abandonar el hogar para trasladarse a uno nuevo, en una etapa vital de merma de las capacidades físicas y cognitivas, y por tanto de nuestra independencia y libertades. ¿Cómo afrontar una arquitectura que responda a este problema? ¿Cómo afrontar una arquitectura que facilite el proceso de re-habitar un espacio, de volver a ilusionarnos, de compartirlo con otras personas y a la vez permitirnos nuestra intimidad? ¿Cómo afrontar una arquitectura que articule la respuesta a esta problemática en un contexto socioespacial determinado, que sea sensible a éste, y logre sinergias positivas entre ambos?