INTRODUCCION: en el proceso de fabricación de los implantes actuales, se intenta hacer rugosa la superficie externa de estos para favorecer la osteointegración, mediante técnicas de granallado con partículas, la más frecuente el corindón (al2o3), debido a que es un producto abundante, barato y que da unas rugosidades con una profundidad y anchura que son las que más se adecuan al estándar ideal. Posteriormente, el implante debe sufrir un proceso de limpieza para la eliminación de las partículas que hayan podido quedar incrustadas en la superficie.
ESTADO ACTUAL DEL TEMA: hay controversia entre los autores consultados en si la presencia de dichas partículas incrustadas puede o no interferir la osteointegración.
Desde hace tiempo se sabe que los pacientes dializados presentan una osteomalacia debido al acúmulo de aluminio en el organismo, por inhibición de la proliferación de osteoblastos.
OBJETIVO: establecer una correlación entre la presencia o no de impurezas debidas al proceso de fabricación en la superficie del implante y el fracaso de la integración de implantes
MÉTODO: Se colocaron implantes en un ámbito docente de una marca y lote determinado, por diferentes profesionales, y se produjo una falta de integración de estos a los dos meses, tanto en los que habían sido cargados como en los que no, y una destrucción masiva del hueso, comprobados mediante TAC y cirugía exploratoria.
Se mandaron a analizar por microfotografías y espectogramas, el lote utilizado de implantes, así como implantes del mismo lote no utilizados. Como control, se mandaron analizar varios implantes de la misma casa de lotes diferentes, así como implantes de otras siete casas comerciales diferentes. Por último, se realiza análisis de las partículas incrustadas.