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dc.contributor.advisorMora-Mérida, Juan Antonio
dc.contributor.authorNobrega Carlos Gomes, Joseane Maria
dc.contributor.otherPsicología Básicaen_US
dc.date.accessioned2018-05-04T10:41:19Z
dc.date.available2018-05-04T10:41:19Z
dc.date.issued2017-09-20
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/10630/15677
dc.descriptionEl dolor y el sufrimiento, de acuerdo con la fe religiosa, puede lograr un significado como una forma de salvación (González-Barón S. 2003; Juan Pablo II 1984) y (Tomas de Aquino 1268) en su obra “Suma Teológica". A pesar de la magnitud del problema y del interés científico y social, la atención y el tratamiento está infravalorado (Breivik 2013). Datos estadísticos En la actualidad existen unos 500 millones de personas que sufren dolor, 30% de la población mundial, con un incremento del 10 al 15% anual, lo que se traduce en más de 100 millones de visitas anuales al médico, con una pérdida de 10.000 M€ en días de trabajo y 200.000 M€ en productividad, según la Organización Mundial de la Salud OMS (2009). En Europa el 20-30% de la población sufre dolor, de acuerdo con los datos de la Pain Europe (2011). En España el 22% de la población, 10 millones de personas, con un coste del 2,5% del Producto Interior Bruto, (PIB) según la Encuesta Nacional de Salud (2010). En Brasil el 30% de la población, de acuerdo con el Instituto Brasileño Geográfico y Estadístico (2010). La epidemiología ha demostrado que el dolor es un problema generalizado, es una afectación de salud pública universal. Metodología El método bibliométrico presenta una aportación fundamental para la evaluación científica de las publicaciones, Mora Mérida (2010), contrastando la realidad y el impacto en la producción. Al acceder en tres bases de datos: Índice Médico Español (IME), Medline y Science Citation Index (SCI) el tema investigado, dolor, los resultados encontrados fueron de 168.455 trabajos publicados. En Medline se verifican un total de 82.592 publicaciones, al referirse al dolor y su tratamiento, fijado en el periodo comprendido entre 2005 a 2015, se situó en 50.504 publicaciones; artículos en revistas científicas 30.713. Los resultados muestran la visibilidad del impacto, reflejando el incremento observado, la correlación de la obsolescencia según el índice de Price (1970) y la productividad científica del dolor de acuerdo con la Ley de Loka (1926), localizándose 1.033 publicaciones, correspondientes a Medicina 397; Psicología, 398; Neurología, 238 en una producción de 79,33% de artículos, indicando una relación cuantitativa entre revistas y artículos. La media de publicaciones por autor es de 1,829% trabajos, la referencia por artículo es de 2,018%. En el estudio se comprueba una alta dispersión de la ciencia compatible con la ley Bradford (1950) además de la relevancia, de la producción indicando la realidad científica (Mora Mérida 2010). Avances de la Ciencia Entendemos que la Teoría de Compuerta (Melzack y Wall 1965), indican cómo la información nociceptiva generada en la periferia se integra en el cerebro. Según Hall (2005) Sternberg et al., (2005) los factores sociales pueden alterar el funcionamiento del cerebro agravando la sensación de dolor, el experimentar dolor tempranamente puede afectar la sensibilidad al dolor en la vida adulta. Las investigaciones avanzan, según Sergerdahl, et al. (2015) el método etiquetado como arterial spin permitió comprobar cómo los niveles de dolor afectaban al cerebro y que la actividad se procesa en la ínsula correspondiéndose a la regulación del dolor. Los estudios realizados por Mogil, et al., (2006) nos revelan que los ratones que se conocen unos a otros tienen una subclase de empatía llamada contagio emocional, en la cual un ratón reconoce y se adapta al estado emocional del otro ratón. Además Mogil, (2015; 2016) realiza estudios en seres humanos e identifica los mecanismos del cerebro implicados en el dolor y el papel que desempeñan la empatía y el contagio emocional. El proyecto llamado Big Brain, Amunts, et al., (2013) muestra por primera vez en la historia la anatomía de un cerebro a una resolución espacial de 20 micras, con referencia microscópica, más pequeña que un fino hilo de cabello y 250.000 veces más detallada y precisa. Esta herramienta va un paso más allá que de los mejores escáneres, es una representación realista en 3D de la máquina más perfecta que se conoce, el cerebro humano. Según Glasser et al., (2016) el nuevo mapa nos facilita la investigación, logrando saber cómo funcionan los procesos neurobiológicos de la cognición, percepción, emociones y como se desarrollan los síntomas de enfermedades, como por ejemplo el dolor. Evaluación y tratamiento Se ha logrado la expansión de las Unidades de Tratamiento del Dolor (UTD) en todo el mundo, con la optimización estratégica multidisciplinar (Bonica 1988; 1990). Medir el dolor es fundamental (Alchieri 2003) para el diagnóstico de los procesos álgidos, de acuerdo con la etiología, se dispone de un amplio abanico de procedimientos para la valoración con técnicas neurofisiológicas mediante imágenes cerebrales avanzadas Amunts, et al., (2013); Sergerdahl et al., (2015); Glasser et al., (2016). La farmacología constituye la pieza angular, pero no todos los pacientes van a responder a un fármaco o a una única modalidad terapéutica (Ghoname et al., 1999; Gleason, 2011). Es frecuente la coexistencia de ansiedad y depresión, por lo que tratar con ansiolíticos y antidepresivos mejora el control del dolor. En determinados procesos álgidos se administran técnicas intervencionistas percutáneas, según Ramalho (2011) los sistemas implantables sistémicos presenta un descenso en la intensidad del dolor. Con base en la Teoría de la Compuerta, Melzack y Wall (1965); Teoría Matriz del Dolor (Melzack, 1990a, 1999a, 1999b, 2001), extendiéndose a la Teoría de Regulación investigada por Sergerdahl, (2015) se avanza en el estudio del dolor y podemos decir que se abren puertas, factores de predisposición, como la biología del temor (Berns, et al., 2006), genética (Hall, 2005), memoria del dolor (Lenz, 1997), experiencias previas (Sternberg et al., 2005) y el contagio emocional (Mogil 2015; 2016). Los estados anímicos pueden incrementar el dolor al afectar el control del mismo (Melzack 2001; Segerdahl et al., 2015). Sin embargo pueden cerrar puertas, como la intervención psicológica con reestructuración de los procesos cognitivos conductuales (Kandel 2001; 2010), con la perspectiva de una forma de ser y estar integrando el equilibrio de la energía vital (Lowen, 1980; 1995; 1996) con el matiz de síntesis mental y corporal de los conflictos emocionales intrínsecos (González-Barón, S. 2001), el objetivo es potenciar el placer de la vida (Curry 2014; Frankl, 1985) dado que lo que sucede en la mente se refleja en el cuerpo, en forma de huella vital y con esta nueva conceptualización se puede llevar al bloqueo del dolor (Segerdahl et al., 2015). Conclusión El dolor tiene una dimensión compleja, silenciosa, devastadora, a veces afectando a millones de personas. Concluimos reflexionando, ¿es un padrón de conducta instaurado mediante aprendizajes previos? Aliviar el dolor de cualquier etiología necesita de un esfuerzo interdisciplinar, donde todos compartan el mismo lenguaje de actuación, prevención, investigación, transformación y educación; teniendo que ser tratado como un conjunto complejo. El dolor es por lo tanto un gran reto que está en manos de todos los que hacen la ciencia contemporánea.en_US
dc.description.abstractLa vida y el dolor han estado unidos al ser humano en la evolución histórica, siempre existieron intentos de combatirlo. La neurociencia busca avanzar en el conocimiento de cómo funciona el cerebro para desvelar el enigma de ¿por qué? sentimos dolor, comprender sus mecanismos es uno de los más grandes desafíos. Desarrollo teórico En civilizaciones antiguas la ciencia era parte de la teología, el dolor era considerado como un castigo de los dioses, utilizaban una farmacopea de hierbas con objetivo analgésico con intención de ahuyentar a los demonios. Hipócrates (1657) fue el primero que separó a los dioses de la enfermedad y estableció que el cerebro estaba implicado en el dolor y surge cuando hay disfunción corporal. Sin embargo Aristóteles (1878) consideraba el corazón como el centro del dolor y emoción, destacándolo en su obra De ánima, idea que ha perdurado más de 2000 años y que fue inerme y reemplazada por la Teoría de la especificidad de Descartes (1664) en la que se aportaba la existencia de vías de dolor que conectaban distintas zonas del cuerpo con el cerebro. Seria recogida y modificada por (Melzack y Wall, 1965), llamándola Teoría de compuerta del dolor y se añadieron los aspectos afectivos emocionales y cognitivos de acuerdo con la American Psychiatric Association, (Merskey, 1994), precisando el entendimiento del dolor como base de los procedimientos actuales. El dolor presenta una perspectiva compleja, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, 1986) define sus términos de acuerdo con la génesis biológica personal, existiendo sobre una base emocional e implicando factores fisiológicos, psicológicos, emocionales y socio culturales (González-Barón, S. 2001).en_US
dc.language.isospaen_US
dc.publisherUMA Editorialen_US
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccessen_US
dc.subjectDolor - Tesis doctorales
dc.subject.otherDatos bibliométricosen_US
dc.subject.otherFisiologíaen_US
dc.subject.otherMediciónen_US
dc.titleEl dolor y su evaluación en la ciencia contemporaneaen_US
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesisen_US
dc.centroFacultad de Psicología y Logopediaen_US


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