El artista Pedro G. Romero plantea toda una serie de analogías entre los modos de producción del arte contemporáneo y los del flamenco, encontrando numerosas similitudes en la comprensión del arte como un "continuum" de transmisión de tradiciones y códigos que van siendo modificados poco a poco por el uso común y por el reconocimiento de la condición anónima y comunitaria de la base que fundamenta los discursos a lo largo de su evolución histórica y social.