Las cartografías urbanas aportan información del ámbito espacial y el paisaje de una ciudad en diferentes momentos históricos. Su análisis e interpretación nos permite conocer cómo se ha configurado la imagen urbana en el territorio que la enmarca, su proceso evolutivo y los factores más determinantes en su configuración.
En el caso de la ciudad de Málaga, el Monte de Gibralfaro y el frente marítimo fueron tempranamente representados tras la toma de la ciudad en 1489, siendo referidos durante siglos como dos importantes hitos fortificados en el paisaje urbano, cuyo control era estratégico para dominar la bahía malagueña. Siguieron desempeñando un marcado carácter militar incluso tras su ocupación por las tropas napoleónicas y nunca han dejado de ser un referente en la imagen del paisaje urbano de la ciudad.
En el desarrollo de esta comunicación se analizan los documentos cartográficos históricos que aportan información significativa para el estudio del paisaje urbano del frente marítimo de Málaga, presidido por la Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro (Yabal al-Faro, la Colina del Faro) como importante hito natural, con importantes construcciones al menos ya desde época fenicia, vinculado desde época inmemorial con la bahía malagueña y con la orografía montuosa que lo enmarca tierra adentro. Pese a las continuas y, a menudo, profundas transformaciones que se han dado en este paisaje urbano, aún puede reconocerse la secuencia estratigráfica de sus elementos definitorios, en especial de las construcciones defensivas que han quedado fosilizadas en el palimpsesto sobre el que han quedado escritas las distintas tramas urbanas de la ciudad.