El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH, en lo sucesivo), constituye uno de los trastornos del desarrollo neuropsicológico que en la actualidad afecta a más niños y adolescentes, se estima una prevalencia de en torno al 5%, según el DSM-V (American Psychiatric Association, 2013); y en el que coexisten diversos síntomas que van a ocasionar a la persona que lo padece serias dificultades para poder adaptarse de forma óptima a los contextos en los cuales se ve inmersos. Dicho trastorno se caracteriza por un patrón persistente de hiperactividad/impulsividad y/o inatención superior a lo esperado de acuerdo con el nivel de desarrollo del individuo, apareciendo antes de los doce años y alterando el funcionamiento normalizado del sujeto a nivel académico, familiar y social (Barkley, 2006; Lavigne y Romero, 2010; Miranda, 2000, 2004; Pérez, 2009; Servera, 2005). El problema del que se parte para llevar a cabo nuestro estudio gira en torno a la escasa cantidad de investigaciones que existen con el objetivo de analizar los déficit que van más allá de estos tres síntomas categoriales y que se producen a nivel social y emocional en los sujetos con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad; especialmente en comparación con el robusto cuerpo de estudios que se han llevado a cabo para profundizar en el origen y desarrollo de las alteraciones de corte cognitivo y conductual, así como en las diferentes opciones que se ocupan de su diagnóstico y tratamiento. Por tanto, la tesis que a continuación se presenta, surge con dos objetivos fundamentales: en primer lugar, con el de proporcionar un modelo de comprensión y explicación del TDAH que, además de abordar los déficit de origen cognitivo y conductual, atienda al papel que las emociones desempeñan en el comportamiento de las personas que padecen el trastorno, cómo influyen en su desarrollo y dominio social, así como qué relación establecen con el resto de procesos neuropsicológicos implicados.