Los Misioneros Jesuitas pusieron en marcha un experimento de desarrollo en las Reducciones del Paraguay, alcanzando los guaraníes un bienestar gracias a la puesta en marcha de tal experimento, con la aplicación de técnicas orientadas a conseguir una mejora de la calidad de vida y la satisfacción de las necesidades, logrando la transformación de la realidad, con la organización de las Reducciones indígenas, incentivando la participación de todos los miembros de la colectividad en un complejo contenido de actividades económicas, sociales y culturales, en la línea del desarrollo comunitario moderno.
Este modelo sigue vigente aun hoy con clara aplicación en la tradición de la ayuda y la cooperación, existiendo acciones de tipo comunitario que buscan alcanzar el bien común de la humanidad.