Las Exposiciones son el reflejo de la voluntad política para llevar a término tanto operaciones arquitectónicas y urbanas, emblemáticas y reales, como lugares imaginarios de utopías posibles. Ciudades efímeras que se convierten en grandes laboratorios en los que la arquitectura y la ciudad que se construye acaba por definir la imagen material y simbólica de sí misma. La Exposición Iberoamericana de Sevilla no fue una excepción. De hecho, impulsó una gran transformación de la ciudad y su ampliación a lo largo de la Avenida de la Palmera, articulándola con la propia Exposición a través del entorno de la Puerta de Jerez. La promoción del Hotel Alfonso XIII y del Hotel Cristina, entre otros, adquirió una importancia capital en esta operación urbana. Su capacidad para acreditar la dimensión turística de un lugar y la función que podían ostentar como referentes para otras arquitecturas que surgían de esta validación, convirtieron a estos hoteles en piezas germinales de la nueva ciudad y de su modernización. Su análisis es el objetivo de este trabajo, a través del uso de herramientas de visualización específicas y comparándolas con ejemplos coetáneos similares, a nivel nacional e internacional. Con ello se pretende evaluar el cometido que esta faceta de la Exposición Iberoamericana desempeñó para el posicionamiento de Sevilla como destino turístico en la primera mitad del siglo XX, a la vez que comprender su papel en las transformaciones urbanas de la ciudad.