La incorporación masiva de las nuevas generaciones en las organizaciones sanitarias implica trabajar en equipos caracterizados por una diversidad intergeneracional. Se ha demostrado que trabajar en equipo, ayuda a disminuir errores clínicos y a promover la atención integral y humanitaria hacía el paciente. Sin embargo, también supone la aparición inevitable de conflictos interpersonales en las organizaciones. Si bien es cierto que algunas investigaciones revelan que los conflictos crean tensión, es necesario mencionar que, en ocasiones, el conflicto es fuente de energía de los equipos de trabajo, lo que les lleva a ser más productivos. La clave está en saber distinguir entre discrepancias laborales (conflicto de tareas) y personales (conflicto de relacionales) y tener las habilidades para hacer una correcta gestión de los mismos. En base a ello, el objetivo principal de este estudio ha sido demostrar la existencia de diferencias intergeneracionales en las relaciones existentes entre el conflicto de tareas, el conflicto de relacionales y la satisfacción laboral. Además de diferencias sobre la percepción de emociones, tras la aparición del conflicto. Se ha realizado un estudio exploratorio de campo de diseño transversal. Los participantes han sido 100 empleados/as de organizaciones sanitarias. Los principales resultados demuestran que el conflicto de tareas sólo se relaciona de manera negativa con la satisfacción laboral en los empleados/as de la generación “Y” (β = -.60, p = .05) y, de manera positiva con el conflicto relacional (β = .51, p = .05). Ello podría ser explicado por dos motivos: (a) la percepción de emociones negativas, ante la aparición de discrepancias laborales (β = .71, p = .05); (b) el papel modulador de la autoeficacia en la relación entre el conflicto de tareas y el conflicto relacional (β = -.32, p = .05). De manera que, los conflictos de tareas son transformados en conflictos de relaciones, cuando los profesionales tienen una baja autoeficacia.