Esta comunicación deriva de la intuición y la observación ante las posibilidades del Arte Performativo como agente potenciador de pensamiento crítico-activo. Tuvo lugar en el curso 2016-2017, con un grupo de estudiantes del Grado en Educación Primaria, en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga (España). La asignatura Desarrollo Curricular de las Artes Plásticas (que se oferta en el segundo año del Grado) sirvió como eje, y las II Jornadas Clara Peeters y sus otras historias (a pocos días de comenzar la asignatura en cuestión), supusieron un escenario idóneo.
Participó un grupo de 80 personas: estudiantes que confió en la profesora que acababan de conocer, y confiando, también, en el aprendizaje inolvidable que se les presentaba. Todo se produjo así, mediante la corazonada y “confiando” (Art Thinking, Acaso, 2017). Como base, los estudios sobre Inteligencia Emocional (Goleman, 1995), la pasión por Marina Abramovic, Sigalit Landau, Yoko Ono... y el rumbo puesto en el pensamiento crítico, cuestión ineludible en el paradigma de los y las docentes en formación (Freire y Saul, 2011). Sin acción, no hay cambio, de ahí la necesidad resultante de generar cuestiones o encontrar respuestas, es decir, comunicación en todas direcciones. El punto de partida fue el diálogo en gran asamblea yendo del pensamiento global, al local: aterrizando nuestras reflexiones en la cotidianidad y el presente, tanto, que atravesamos el plano emocional de forma inevitable. Nos cuestionamos la complejidad del lenguaje, la necesidad de un idioma exento de palabras: puro impacto visual, la acción como comunicación/la acción como emoción; investigamos sobre el Happening, nos enamoramos, diseñamos, practicamos, y sin darnos cuenta nos invadió la experiencia artística como proceso dinamizador de los aprendizajes.