De acuerdo al informe Behavioral Risk Factor Surveillance System (PR-BRFSS, 2010) realizado en Puerto Rico, el 63.5% de las personas adultos mayores han sido diagnosticadas con artritis, esto significa que unos 672.000 sufren de artritis, y que limita la actividad física de unos 337.000. De estos, el 57% de las personas que sufren de artritis tienen 65 años o más, y afecta la calidad de vida de un 46% de estos durante las etapas agudas de la condición y disminuye dicha calidad, a medida que la enfermedad avanza y aumenta la edad del paciente. En Puerto Rico se estima que existe una prevalencia de un 10% de la población general. Por este motivo al ser esta una enfermedad crónica que impacta en aspectos esenciales de los ancianos como es su calidad de vida, este estudio pretende generar datos sobre esta condición de salud, que cada día más afecta a la población anciana en Puerto Rico.
La prestación de servicios de salud a los ancianos es motivo de gran preocupación debido al aumento de este grupo de la población durante los últimos años. Según los datos más recientes disponibles en Puerto Rico, se encontró que 527.442 habitantes tenían 65 años y más. De esta población de edad avanzada, el 42.5% de ellos indicaron haber recibido, en los 12 meses previos, ingresos que fueron clasificados por debajo del nivel de pobreza. Esto significa que 223.957 ancianos vivieron en condiciones, en las que posiblemente no pudieron satisfacer adecuadamente sus necesidades de salud y socioeconómicas, los que los pone en riesgo de sufrir complicaciones o de abandonar su seguimiento respecto a sus padecimientos crónicos. La realidad es que el 18% de la población de Puerto Rico está compuesto por personas de 60 años o más y estas no tienen garantizado una calidad de vida apropiada igual, que los demás miembros de la población (De Jesús-Monge, 2010).