El pensamiento crítico se considera clave para que los ciudadanos puedan desenvolverse de forma adecuada en una sociedad cada vez más implicada con la ciencia y la tecnología, como mostró un estudio Delphi realizado con un panel de expertos españoles relacionados con la ciencia resaltándolo como el aspecto del ámbito científico-tecnológico con mayor consenso. Este trabajo profundiza en los contextos sociales que los expertos de dicho estudio Delphi consideraron importantes para desarrollar el pensamiento crítico. Los ejemplos propuestos se categorizaron en tres contextos (salud, medioambiente y recursos naturales) y tres niveles de relevancia en la vida (personal, social y global). Este conjunto de contextos puede ayudar a los ciudadanos a desarrollar su capacidad de pensamiento crítico, tanto en la educación formal como informal.