A esar de los grandes esfuerzos invertidos a lo largo de los años, continúa sin estar definitivamente claro cuáles son los procesos de aprendizaje que llevan al cambio durante la intervención terapéutica. La investigación llevada a cabo por mi equipo sobre los procesos conductuales y el cambio clínico ha puesto el acento en una serie de postulados centrales:
En primer lugar, el análisis funcional es un modelo adecuado para el análisis de la práctica clínica. Segundo, la conducta verbal durante la interacción clínica puede ser analizada en términos de mecanismos operantes y respondientes. En tercer lugar, los mecanismos conductuales potencialmente responsables del cambio pueden ponerse en marcha a través de la relación terapéutica. Y por último, la conducta privada (cognitiva) tiene las mismas propiedades que la conducta manifiesta y puede ser estudiada del mismo modo.
El análisis de los procesos de aprendizaje que se desarrollan durante la interacción terapéutica sólo es posible partiendo de los hallazgos obtenidos en la experimentación; de esta manera se devolvería a la terapia conductual la solidez teórica, metodológica y empírica que a lo largo de los últimos treinta años ha ido perdiendo en un proceso de deterioro constante, que ha culminado con el “triunfo” del denominado modelo cognitivo-conductual.