Las personas con Discapacidad Intelectual Profunda suelen presentar necesidades complejas de comunicación (NCC). Es decir, no pueden llevar a cabo intercambios comunicativos mediante los canales habituales (habla, signos manuales con valor lingüísticos,...). De ahí que para poder intervenir con dicha población sea necesario recurrir a los Sistemas de Comunicación Aumentativa y Alternativa.
La irrupción de la tecnología ipad en la población con NCC tiene entre otras muchas ventajas que son portátiles, son accesibles, se pueden emplear en numerosos contextos, los dispositivos en los que se descargan son baratos, las baterías disponen gran autonomía, no son estigmatizantes y en las áreas de descargas existen numerosas aplicaciones (muchas de las cuales son gratuitas o de muy bajo coste) (Stephenson & Limbrick, 2013; Calleja, 2018). Pero las tecnologías de alto nivel tecnológicos destinadas a la CAA+a cuentan también con inconvenientes. Muchas de estas aplicaciones no han sido diseñadas para una población específica. De hecho, en numerosas ocasiones los destinatarios han sido niños con desarrollo normotípico. Y algunas acciones simples como pinchar, deslizar, doble click son tareas imposibles cuando se cuenta con habilidades motrices limitadas o nulas.