A partir de un acercamiento multicultural basado en similitudes a lo que se considera paradigma etnográfico según la concepción de Goetz y LeCompte (1988) donde el equipo profesional tiene el rol de interpretar las acciones llevadas a cabo por un grupo de personas y en un contexto determinado. Analizando tales acciones desde las limitaciones que acontecen el desarrollo de habilidades condicionadas por el componente cultural, es decir, como la persona objeto de análisis se desenvuelve en la cotidianidad de un sistema de códigos que difiere de los que constituyen su identidad tanto colectiva como individual.
La premisa que fortalece y da sentido al impacto del análisis se basa en la continuidad prolongada del investigador o investigadora en el contexto a analizar, de este modo la observación deriva en hipótesis de carácter holístico.
Valorando la observación participativa desde la necesidad de promover que el etnógrafo o etnógrafa realice una observación basada en el estudio del grupo, tratando de integrarse lo máximo posible evitando interferir de manera directa, lo que Freilich denomina “nativo marginal”, (Freilich, 1970), se han realizado diversos acompañamientos en una amplia gama de situaciones, a fin de facilitar la comprensión por parte de la evaluadora con respecto a las actitudes mostradas frente a los procesos que conlleva una adaptación territorial y cultural. A partir de las hipótesis obtenidas durante esta primera fase de observación como “nativa marginal” se elabora material formativo que pueda facilitar el proceso de inclusión, desde el propio conocimiento geográfico-contextual así como relacional.
Transformada la formación en talleres dinámicos se han contemplado diversos puntos de vista resultantes de la multiculturalidad participante, de modo que se ha podido realizar un análisis de las construcciones sociales acríticas y dar origen a nuevas ideas desde una pedagogía liberadora orientada al análisis crítico.