Las enfermedades virales transmitidas por artrópodos hematófagos (arbovirales) están entre las enfermedades infecciosas emergentes más importantes. Los cambios demográficos y en el transporte han facilitado mecanismos para que los virus salgan de su medio ecológico natural y se instalen en nuevas áreas, donde los vectores susceptibles proporcionan condiciones óptimas para el desarrollo de una epidemia. Las enfermedades virales son un problema de salud pública mundial, por lo que se requieren herramientas para comprender mejor la enfermedad.
La patogeografía aplica herramientas biogeográficas al estudio de la distribución de patógenos y factores que contribuyen a la aparición de nuevos brotes de enfermedad. Muchas de las enfermedades virales incluyen ciclos urbanos y selváticos. La aparición de nuevos brotes requiere una combinación compleja de factores ambientales, antropogénicos, históricos y zoogeográficos que favorezcan la presencia del virus.
Hasta hoy se han publicado mapas de riesgo centrados en el ciclo urbano. Este trabajo busca incluir el ciclo selvático, analizando la contribución del factor zoogeográfico, a través de la Función de Favorabilidad, para definir las zonas de riesgo de transmisión. Se han utilizado, como casos de estudio, dos enfermedades virales: la fiebre amarilla y el dengue. Ambas combinan los dos ciclos: urbano y selvático; el primero ocurre entre humanos, y el segundo entre primates no-humanos, existiendo la posibilidad de que, accidentalmente, el virus sea transmitido por el vector de primates no-humanos a humanos. Para integrar el ciclo selvático en el modelo de riesgo, se ha representado el factor zoogeográfico a través de patrones de distribución (corotipos) mostrados por los primates. Se ha observado en las dos enfermedades analizadas que incluir el factor zoogeográfico aumenta la favorabilidad para que se den nuevos casos. Este estudio aporta herramientas que permiten comprender mejor las enfermedades zoonóticas.