Incentivar en los alumnos de Grado, docentes del futuro, el uso del aprendizaje por proyectos, metodología que permite accionar actividades para el estímulo de actitudes de convivencia. Se trata de que los niños y niñas «aprendan a ser» ciudadanos y ciudadanas en sociedades democráticas de un modo inclusivo, fortaleciendo las relaciones entre alumnos, de estos con el centro, con el seno familiar y con su entorno inmediato. Al respecto, la ciudad constituye una herramienta de suma utilidad para reconocer las señas de identidad cultural del entorno y edificar desde edades tempranas identidades propias y aceptar las diversas. Los niños comienzan a construir en esta etapa su propia imagen y la del entorno que les rodea, percibiéndose a sí mismos como personas sociales que aprenden a conocer en convivencia.
Cuando tratamos con niños y niñas niños entre 3 a 6 años, además de las actividades para la producción de conocimientos que empleen los maestros, las características madurativas de cada niño o niña y sus experiencias previas serán determinantes para enfrentarse al medio. Por ello el docente puede facilitarles las herramientas necesarias para comprender su entorno físico, temporal y social, partiendo del patrimonio local como una herramienta holística. La educación patrimonial debe ser transformadora y no tratar de sortear las injusticias sociales, sino de transformarlas mediante la sensibilización, el apoyo social y el intercambio reciproco de los valores enseñables a los niños.
El propósito de este trabajo es presentar algunas propuestas metodológicas de educación patrimonial inclusiva empleadas en colegios de E.I. (incluyendo a niños con T.E.L. y autismo), que han sido utilizadas como material de estudio de la asignatura Didáctica de las Ciencias Sociales, dentro del Grado de Maestro en Educación Infantil de la Universidad de Málaga.