Este artículo explora el efecto que la dimensión intertextual del trabajo del pintor español Pedro Morales Elipe tiene en su desarrollo de un lenguaje pictórico abierto, ambiguo y distorsionado. Para ello analizamos los recursos y estrategias que recupera de la historia del género del bodegón y, a través de los escritos relacionados de Derrida, Didi-Huberman o Merleau Ponty, esclarecemos su contribución a un lenguaje pictórico difuso: una imagen subordinada a la potencia plástica de la pintura en su superficie.