El presente artículo da cuenta del modo en que una pedagogía narrativa para la formación del profesorado puede ser entendida como una manera de acompañar a nuestras estudiantes y a los modos desde los que desarrollan y configuran sus saberes docentes. Desarrollar un pensamiento y un saber narrativo no parte, necesariamente, de las vivencias y experiencias con las que llegan al aula (aunque estas han de poder estar presentes). Más bien se trata de cultivar un pensar narrativo que, como pensamiento relacional, posibilita una profundización pedagógica. Co-componer y pensar con las historias propias y ajenas nos evoca la pregunta de cómo nos preparamos para enseñar. Y de cómo nos preparamos para enseñar una pedagogía narrativa. Una preparación que tiene que ver con cómo cultivamos el saber narrativo en el aula universitaria y de qué manera la indagación narrativa es vivida como práctica pedagógica. En este sentido, el texto muestra no sólo diversas formas en las que la narrativa se hace presente, sino modos desde los que la formación puede ser un espacio para la indagación narrativa.