En el presente artículo se realiza una reconstrucción de una experiencia singular en una escuela bosque del País Vasco que se caracteriza por el componente dinámico en la construcción de sentidos compartidos en contextos de juego libre. A través de una experiencia concreta y situada, se narra un proceso de metamorfosis que hace hincapié en pautas de autorregulación de los riesgos asociados al juego libre en la naturaleza. Un proceso que ha hecho posible enriquecer la experiencia y la práctica pedagógica yendo más allá de las realidades objetivadas y cristalizadas en hábitos sociales para hacer emerger soluciones novedosas.