No cabe duda de la importancia de ciertas infraestructuras y construcciones, y de las terribles consecuencias que provocaría un fallo de las mismas. Tan solo hay que imaginar el colapso de un puente, o la rotura de una
presa. Por lo tanto, la idea de monitorizar dichas estructuras resulta sumamente interesante, tanto desde el punto de vista económico como de la seguridad, ya que se podría actuar antes del fallo y evitar esas consecuencias, o reducirlas.
Pero no es tan fácil como parece, ya que la monitorización de estructuras o SHM, del inglés Structural Health Monitoring, presenta varios inconvenientes, como son la cantidad de sensores, implementar en las estructuras esos sensores o los costes de mantenimiento.
Los recientes avances en nanotecnología han propiciado el uso de nanotubos de carbono o CNTs (Carbon Nanotubes) para crear sensores a partir de pasta de cemento1 aprovechando las propiedades eléctricas de estos nanotubos. Aún así, se plantea una serie de problemas que se describen a lo largo del presente TFG, intentando dar solución a una parte de ellos.
Los objetivos perseguidos se pueden resumir en los siguientes:
- Caracterización de los diferentes sensores obtenidos.
- Análisis de la dispersión y homogeneidad de los mismos.
- Establecer una dosificación y procedimiento de fabricación adecuado.
- Estudio de la sensibilidad.
- Proponer una serie de medidas de cara a una futura implantación industrial.