Los espacios exteriores raramente se utilizan para desarrollar actividades docentes, ya que resulta difícil asegurar las condiciones requeridas de confort térmico, lumínico y acústico. Estos problemas pueden mitigarse en gran medida concibiendo una estructura arquitectónica semi-confinada, que facilite el control del ambiente interior pero sin romper totalmente la conexión con el entorno. Siguiendo con esta idea, en este artículo se discuten las características de un “aula exterior” diseñada por un grupo de profesores y alumnos de la Universidad de Málaga. La estructura del aula se ha diseñado utilizando técnicas de arquitectura paramétrica, buscando que la forma siga al clima. Para conseguirlo, se incorporan elementos de sombra, protección contra el viento, ventilación natural, aislamiento e inercia térmica, producción fotovoltaica, un sistema radiante en paredes y suelo, y un sistema de sensorización avanzado. El sistema radiante se utiliza para mejorar la sensación térmica de los ocupantes cuando sea necesario, y se alimenta mediante una bomba de calor accionada eléctricamente. La producción fotovoltaica, complementada con conexión a red (sin inyección), se destina a satisfacer las necesidades eléctricas del pabellón: iluminación, sensores, bomba de calor y sistema hidráulico. En el artículo se discute la incorporación de estos elementos en la estructura y se cuantifica su comportamiento térmico mediante simulaciones por ordenador.