El acoso escolar se ha revelado como un problema de primer orden, cuya cara más extrema se produce cuando un adolescente que ha sufrido el acoso de sus compañeros se quita la vida. En estos casos, los medios omiten el tabú tradicional sobre el suicidio y lo difunden con todo detalle, si bien unos han tenido mucha más difusión que otros, además de un distinto tratamiento informativo. La muerte de Jokin (2004) marcó un antes y un después en España tras revelar las gravísimas consecuencias que podía tener el también llamado bullying. Desde entonces, se han registrado otros suicidios de adolescentes que denunciaron haber sido víctimas de acoso, de los cuales ocho tuvieron gran repercusión mediática.